Según el sexto Reporte de Inclusión Financiera, en el 2016, 25,7 millones de colombianos contaban con al menos un producto en el sistema.
La gran mayoría de los colombianos que tienen productos financieros es debido a la existencia de la cuenta de nómina, lo cual reduciría la cifra al contabilizar cuántos tienen productos de ahorro y crédito.
“Por eso, el gran objetivo debe ser consolidar una oferta que atienda las necesidades reales de los colombianos, diseñada acorde a su capacidad económica”.
La Estrategia Nacional de Inclusión Financiera enfatiza en que el reto de canalizar una mayor cantidad de transacciones a través de estos productos, dependerá de la reducción de los costos de la prestación del servicio.
Ante esto, el sistema considera importante señalar que las entidades como las cooperativas cumplirían un papel importante en la inclusión financiera. “Las cooperativas siempre han ofrecido sus productos de ahorro y crédito libres de costos ocultos e incluso asumen algunos gravámenes que el sistema tradicional cobra a los clientes”.
Las entidades financieras se dirigen a los segmentos de medianos y altos niveles de ingresos, por lo que la penetración de sus productos se ve insuficiente en las familias con recursos escasos.
Por ejemplo, según cifras, este es el caso del 92% de los pensionados que reciben un salario mínimo del país. “razón por la cual no son objetivo de mercado de las grandes entidades, lo que les deja en manos de prestamistas y entidades informales que se aprovechan de sus necesidades, generándoles detrimento en sus ingresos, debido a que aplican a mecanismos para cobrar tasas por encima de las permitidas”.
A septiembre de 2017 la banca creció un 9% en depósitos en relación con el mismo mes del año anterior, mientras que algunas cooperativas crecieron 19.7%.
Fuente: Portafolio.com